Las palabras convierten las vibraciones de la Naturaleza en sonidos, transmiten una vibración que es capaz de modificarnos y el agua registra y graba estas palabras. El doctor japonés Masaru Emoto ha demostrado que el agua se impregna de la información que contiene las palabras y también la música, los pensamientos e incluso las intenciones.
El agua capta y registra información profunda y vibracional, cuando se cristaliza se puede contemplar su geometría. Es increíble observar hasta qué punto recoge el agua la vibración de las palabras, que por ejemplo con la palabra PAREJA o MATRIMONIO aparecen dos cristales, uno sujetando al otro y protegiéndose ambos. AMOR y GRACIAS son las palabras que más bellas se cristalizan, si las decimos con intención, nuestra vibración interna será más positiva.
Recordemos que somos un 70% agua, quizás así podamos comenzar a entender el poder que poseemos al elegir nuestras palabras.